Detrás de la cortina de humo

Mientras caminaba con un amigo por una de las tantas calles del centro de la Ciudad de México plagadas de restaurantes, mos llamó la atención el fuerte olor picante. Hay horas en las que el olor del humo de cigarrillo impregna el ambiente como si estuviéramos en un lugar cerrado. Yo fui fumador de cigarrillos y eso quizás me hace más sensible. Me preguntaba hacia dónde se dirigiría toda esa niebla azulada, no había brisa en ese monento por lo que la nube estaba cuajada sobre la acera, olorosa,irritante. Momentos después el viento se la llevaría hacia el interior de las "zonas de no fumar", o con suerte (para los no fumadores) hacia la atmósfera. Esa era mi interrogante. ¿Se va al mismo lugar hacía donde se aloja el CO2 que generan los automoviles, las planta fabriles, las chimeneas, la quemazón de los campos agrícolas, la fertilización de los mismos por el uso de productos provenientes de combustibles fósiles?

Lo obvio es que todos los estudios al respecto se han enfocado en los enormes problemas de salud pública que causa el tabaquismo a la sociedad en su conjunto. Pero rasgar esa cortina que envuelve a la industria del tabaco a nivel mundial y ver algo más allá de lo que todo mundo sabemos, no es fácil. Nuevamente lo obvio. ¿Cómo una industria que procesa uno de los productos más nocivos para la salud, más adictivos, que se venden legalmente en cada esquina, puede operar con tal impunidad?

Hay datos muy sorprendentes. Por ejemplo, en una de las páginas web del mayor conglomerado tabacalero del mundo, aclara y admite:

Philip Morris International es la empresa tabaquera líder en el mundo.

Tabaco y salud

Reconocemos que fabricamos un producto adictivo que causa enfermedades serias. Por eso, comunicamos abiertamente sobre los riesgos del tabaco para la salud y abogamos por una regulación exhaustiva de los productos del tabaco en cualquier lugar en que desarrollamos nuestras actividades.

Responsabilidad social

Para nosotros, la responsabilidad empieza con el producto. Por eso estamos comprometidos con la comunicación de los riesgos del tabaco para la salud de forma abierta y transparente, y apoyamos la regulación del tabaco en todos los lugares donde se venden nuestros productos.

Apoyamos iniciativas en las comunidades locales donde viven y trabajan nuestros empleados y en las comunidades de donde procede nuestro tabaco con el objetivo de abordar problemas sociales relevantes. Nuestras donaciones se centran básicamente en el campo de las necesidades humanas y sociales, la agricultura y el medio ambiente, el hambre y la violencia doméstica. En 2008, nuestras contribuciones caritativas sumaron más de 20 millones de dólares.

Nada más imagínense que una empresa que produce "legalmente" productos de consumo o algún servicio nos comunicara que sus productos son nocivos para la salud, que contaminan, incluso que nos pueden matar, que afirmara que apoyan las medidas legales para contener el consumo de sus productos...suena un poco irónico y cínico. Pero la sociedad, sus dirigentes, sus representes políticos, no han podido con esta realidad. Estamos hablando de conglomerados que ganan dinero a manos llenas "aportando" a la sociedad productos altamente tóxicos y nocivos como hasta ellos mismos reconocen. Algo raro está pasando.

 

Vean este cuadro con cifras de Philip Morris (PM), fabricante de la mayor marca mundial de cigarros, los "marlboro".

Datos financieros destacados

	2008	2007
Ingresos netos (en millones de dólares mdd)	$25,705	22,810
Ingresos por operaciones (mdd)	10,248	8,894
Volumen de cigarrillos (miles de millones)	869.8	848.6
Participación de mercado global	15.6%	15.6%

Impresionantes. Sabemos que Philip Morris por medio de la tenedora de acciones llamada "Altria" vendió durante 2007 un conglomerado que habían comprado, Kraft Food, por presiones legales. O sea que PM tenía ingresos y utilidades por el doble de lo que muestra el cuadro anterior. Era poco sostenible y sobre todo creíble que una trasnacional produjera al mismo tiempo productos dañinos para la salud y "saludables" para la alimentación. No podían pasar por alto que aparte de fabricar productos súper adictivos también son caritativos porque hacen aportaciones (seguramente deducibles de impuestos) por 20 millones de dólares para obras sociales.

El hecho es que la industria del tabaco está altamente concentrada. Como sucede en muchas otras ramas industriales, la petrolera, comunicaciones, automotriz, hablamos de que la producción de cigarrillos la controlan solamente siete empresas a nivel mundial:

Las tabacaleras más grandes del mundo

1. Phillip Morris (EE.UU.)

2. BAT (Reino Unido)

3. Japan Tobacco (Japón)
4. Reemtsma (Alemania)
5. Imperial (Reino Unido)
6. Austria Tabak (Bélgica)

7. Gallaher (Reino Unido)

Entre estas 7 hermanas, controlan el 60% de la producción mundial. El resto lo producen empresas estatales (monopolios) de China (Primer productor y consumidor mundial de Tabaco), Turquía, Irán, Iraq, Argelia, Marruecos, Libia, entre otros. China, India, Brasil, Estados Unidos, Turquía, Zimbabwe, producen alrededor del 80% del tabaco en el mundo.

Las ventas mundiales de cigarrillos podrían alcanzar los 180 mil millones de dólares anuales, algo similar a las ventas sumadas durante el 2008 de Microsoft, Google, Nokia y Apple, empresas que están a la cabeza de la tecnología mundial. Y por decirlo de alguna manera, sus productos están lejos de ser mortales, a menos que se argumente que también son adictivos.

Producción Mundial de tabaco 2001 (toneladas métricas)

China	2'661,000
India	610,000
Brasil	565,317
Estados Unidos	470,630
Turquía	260,000
Zimbabwe	175,335
Otros	2'077,158

Fuente: FAO.

¿Cuántos fumadores hay en el orbe? Un cálculo aproximado, como todo en este mundo nebuloso del tabaco, sería de 1,200 millones de personas entre los 12 y 65 años de edad. Si lo medimos contra la población mundial que es al día de hoy de 6,800 millones, nos da alrededor de entre 15 y 16% de fumadores respecto al total de habitantes del planeta. Pero si añadimos a los que no fuman pero que están en el grupo denominado de fumadores pasivos, que se calcula según la Organización Mundial de entre 4 y 5 personas por fumador activo, llegamos a una cifra descomunal: 5 mil millones de habitantes del globo terráqueo están siendo afectadas diariamente, directa o indirectamente por el humo nocivo del tabaco.

Según la OMS uno de cada tres "adultos" fuma. Lo pongo entre comillas porque depende a qué edad se es adulto en el mundo de las adicciones. De ese total de fumadores el 80% viven en la periferia del capitalismo (los llamados países en desarrolo, subdesarrollados o del tercer mundo). De estos, más del 75% están en el contiente asiático, China, India, Medio Oriente, islas del Pacífico. Se proyecta que dentro de 15 años la población de fumadores activos alcanzará 1,600 millones, lo que por el efecto multiplicador profundizará el daño a la salud, al ambiente, agua, suelo, aire, atmósfera.

A la pregunta de cual es el número de cigarrillos que se consume en el mundo, un cibernáuta contestó en Yahoo!: "Sinceramente no se, pero los tres productos más vendidos en el mundo son: 1 Coca-cola. 2 Marlboro. 3 budweiser, y pues para estar en uno de los productos más vendidos del mundo sin contar la competencia, deben ser muchisimos..."

Nuevamente es cuestión de hacer números. Se estima que un promedio de cigarrillos que fuma cada activo promedia entre 8 y 10. Los fumadores digamos "controlados" fuman 5 al día, los que no tienen control hasta 30 o más. Pero sin írnos a  los extremos tomaremos los 8 en promedio.Esto arroja una cifra de 9.6 mil millones de cigarrilos por día. Al mes se fuman 288 mil millones y por año 3'456'000,000,000 de cigarrillos. Esta cifra tan grande se diría en español: 3,456 trillones.

En nuestro país se venden casi 50 mil millones de cigarros al año (más de 250 millones de cajetillas), lo que nos ubica en el lugar número 15 de consumo en el mundo. Poco a poco la industria se ha ido desplazando desde las metrópolis hacia el segundo (China, India, Brasil y Rusia) y tercer mundo (Latinoamérica, África, Asia). La relidad es que las organizaciones independientes, activistas, ONG's han logrado empujar leyes que limitan el crecimiento de los fumadores, los han ido arrojando fuera de los lugares cerrados e incluso en Gran Bretaña, fuera de las calles.

En Estados Unidos y en el Reino Unido tienen contra la pared a las tabacaleras por la lluvia de demandas que tienen en su contra por daños contra la salud. Ya ni siquiera los gobiernos, ni los senadores, ni los diputados, ni sus mismos abogados pueden seguir defendiendo una industria tan controvertida. Pero su estrategia desde los años 70's fue ir abriendo mercados a través del mundo. Trasladando sus operaciones hacia afuera, hacia países sin leyes que prohibieran el tabaquismo, con la finalidad de seguir creciendo, expandiéndose y seguir generando utilidades; para eso fueron creadas. Han sido tan existosos que el 80% de su mercado está fuera del mundo desarrollado que si embargo sigue manteniendo el control y llevando las utilidades hacia sus corporativos.

Unos pocos ganan y la mayoría pierde. Economistas del Banco Mundial aseguram que la industria del tabaco produce una pérdida neta anual para la economía mundial de alrededor de 200,000 millones de dólares, si se toman en consideración los costos de atención médica y de la pérdida de productividad laboral. Es decir, la sociedad tiene que aportar por la vía impositiva y fiscal mucho más de lo que recibe por impuestos de estas empresas y además no pueden impedir que sus dueños obtengan cada vez más utilidades. ¡Pagamos para que nos dañen!

En los países en desarrollo, se ha incrementado la producción de tabaco 60% entre 1975 y 1997, mientras que en los países desarrollados disminuyó un 31% durante el mismo período. La producción sigue creciendo en más de 100 países, de los cuales, ya lo dijimos, más de 80 son países periféricos. Al fomentar el cultivo de tabaco en más países, la industria tabacalera ha logrado que el precio se reduzca y lleguen a cada vez a más sectores de la sociedad. Hay marcas y calidades de acuerdo al estrato social. No es lo mismo un Benson & Hedges que unos del Prado, o "faritos". No es igual funar con filtro o sin filtro. La mercadotécnia del tabaco esta muy bien pensada.

Philip Morris, British American Tobacco (BAT) y Japan Tobacco poseen instalaciones productoras en más de 50 países, además compran tabaco en otra docena de países. En las últimas décadas realizaron adquisiciones masivas en todo el mundo, invirtiendo miles de millones de dólares en nuevas instalaciones, firmando acuerdos de inversiones de riesgo con tabacaleras de propiedad privada o pública, y adquiriendo plantas de producción estatales, generalmente a precios de ganga, vía privatizaciones, y vendiendo franquicias y derechos de marca. En Japón tampoco no se permite fumar ni en la calle.

En México la histora es las misma. Hay un duopolio que controla el mercado del país. Y hay un personaje clave en el centro del escenario: Carlos Slim y su Grupo Carso, Carlos&Soraya, Carlos&Charlie's. Es dueño de Cigatam que controla el 50.01% de Philips Morris México quien acapara junto con la inglesa British Tobacco, el 99% del mercado nacional. Pero Slim también tiene intereses en la matriz. El fue uno de los que se opuso fuertemente a que se estableciera una ley antitabaco en el DF, a través de amparos de empresas de su propiedad como Sanborn's. Slim despacha de los dos lados. Participa notablemente en el negocio que más atenta contra la salud y al mismo tiempo empuja el crecimiento del mercado, presionando para que aumente el gasto en salud, y se relajen las leyes antitabaco. Es todo un personaje producto de la economía de los "cuates". Para más información aquí esta este enlace.

http://mexicoparalosmexicanos.blogspot.com/2009/03/denisse-dresser-mexico-capitalismo-de.html

El 26 de junio del 2002, en el marco del Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el ahora ex presidente de México, Vicente Fox, afirmó que 13 millones de mexicanos son adictos al tabaco y hay casi 50 millones de fumadores pasivos. A pesar del rechazo de dueños de restaurantes, bares, cantinas, taquerías, fondas, la Ley General para el Control del Tabaco entró en vigor hacia el segundo bimestre de 2008, una vez que el Senado de la República le dio luz verde a la propuesta aprobada por la Cámara de Diputados, con la cual se prohibirá fumar en lugares públicos.

 

A la llamada “ley antitabaco”, aprobada por los diputados el 6 de diciembre de 2007 en la Ciudad de México, la han calificado como discriminatoria y como un atentado a los derechos de los fumadores.

Sin embargo, su intención no fue prohibir el consumo de tabaco, sino establecer áreas donde se respire aire libre de humo. “Tan sólo consideremos que las estadísticas señalan que la población fumadora, entre 12 y 65 años, es aproximadamente 26.4% del total, lo que nos revela que la mayoría de las personas no tiene tal adicción; no obstante, se convierten en fumadores pasivos”, refiere el Dr. Justino Regalado Pineda, quien se desempeña como jefe del Departamento de Investigación en Tabaquismo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) de la Secretaría de Salud.

Pero esta ley realmente no está funcionando. Como muchas leyes que se vuelven letra muerta al pasar el tiempo. Cada día, los lugares públicos como los resaturantes y lugares públicos, han permitido áreas "de no fumar" como si el humo del cigarrillo fuera a cumplir esa ley. Pero también es culpa de la sociedad no fumadora, que lo permite y no presiona a las autoridades, hay que reconcerlo. En cuántos logares públicos la separación artifical entre fumadors y no fumadores es sólo consmética. Un ventanal por el que se cuela el humo. Una terraza comunicada con las áreas "libres de humo". Un sólo cigarrillo afecta un área mínima de 300 metros cuadrados.

El desarrollo tecnológico, la elaboración de nuevas marcas, sabores, olores ha hecho muy sofisticada a esta industria. Nadie sabe exactamente cuántos ingredientes tiene un cigarrillo. Pero el contenido tangible es este:


2 grs de tabaco
12 mg de alquitran
0.9 mg de nicotina
12 mg de monoxido de carbono


El cigarrillo es una forma de consumir el tabaco. El tabaco es una planta herbácea. Una solanácea del género nicotiana, cuyo nombre científico es Nicotiana tabacum. Sus hojas curadas y preparadas a través de un proceso químico, se preparan en diversas formas para ser fumadas, mascadas, inhaladas y para la extracción de la nicotina.

La otra parte de la industria del tabaco, importantísimo, es el campo, donde también hace mucho daño.

Los agricultores deforestan una gran parcela para sembrar tabaco. Después de dos cosechas, la tierra se ha agotado y los mismos labradores talan otro trozo de selva para continuar con esta práctica.

El siguiente paso en la destrucción proviene de los tratamientos que hay que dar al tabaco para que tenga el aroma deseado por los productores. Para que las hojas verdes se vuelvan marrones y adquieran el aroma típico del tabaco, se han de fermentar a temperaturas de 70 ºC. Si bien en los países desarrollados el tabaco se seca con quemadores de aceite o gas, en los países pobres arrebatan la madera a la selva para incinerarlo. Los países más afectados por estas prácticas son Paquistán, Tailandia, India, Brasil y Filipinas. El tiempo de fermentación y secado es de una semana y se calcula que con un árbol adulto sólo se obtiene la energía necesaria para la fermentación de 300 cigarrillos (datos de la Organización Mundial para la Salud).

La cantidad de maderas tropicales empleadas para el tratamiento inicial del tabaco es superior a todas la exportaciones mundiales de madera de los países tropicales. Esto sin contar el papel que se gasta posteriormente en la elaboración de los cigarrillos, paquetes y cartones que los contienen.

Aquí hay otra mala notica y no es una "pachecada". El consumo de tabaco contribuye directamente al aumento del efecto invernadero, con una producción mundial de CO2 de 225,000 toneladas de este gas, o sea, la misma cantidad que producen 12,000 coches que caminan 10,000 km cada uno. Aquí deberíamos terminar esta reflección. Lo podemos dejar aquí. Lo demás es información adicional y poco desarticulada pero un poco más detallada. El que quiera puede seguirle.


El consumo de productos de tabaco tiene una repercusión directa sobre el medio ambiente, aunque no sea inmediata. Las grandes multinacionales del tabaco apuestan por la producción en países del Tercer Mundo y, en consecuencia, los fumadores contribuyen directamente a la destrucción de las selvas tropicales.

Lo que establece la ley

Las reformas a la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores para el Distrito Federal y las modificaciones a la Ley para el Funcionamiento de Establecimientos Mercantiles, las cuales obligan a dueños de restaurantes, cafeterías, bares, cantinas, discotecas y oficinas a separar físicamente, mediante un cristal o pared, las áreas de fumadores y no fumadores. Ante ello, en el sector restaurantero varios empresarios expresan su enojo porque muchos clientes fumadores preferirán ir a otro lugar, causándoles daño económico.

En dicha norma, se establece que restaurantes, bares y fondas deberán destinar 70% del espacio funcional a no fumadores, mientras el 30% restante será ocupado por los consumidores de cigarrillos.

También queda prohibido que las empresas tabacaleras realicen patrocinio de eventos deportivos o de otra índole, que la publicidad y promoción del tabaco esté dirigida a menores de edad, y que se empleen incentivos que fomenten la compra de cigarros.

“Se le ha dado mucha importancia a los espacios libres de humo, pero ésta no es la parte central de la ley. Los tabacaleros ya ‘echaron a andar’ a los restauranteros, hoteleros y ‘antreros’, pero lo que más le afecta y es donde menos atención se ha dado, es en el tema impuestos; en este caso, habría de incrementarse en 200 ó 300% con la finalidad de hacer el producto inalcanzable para los jóvenes, pues el costo de la cajetilla se elevaría a $100.00, y no tendrían dinero para gastar tal cantidad”, acota el Dr. Regalado Pineda.

Lamentablemente, la sociedad mexicana es apática; entonces, para que se cumpla una disposición como la “ley antitabaco”, debe existir policía incorruptible, pues la primera intención de muchos consumidores de cigarrillos sería sobornar a la autoridad, en “actitud absurda porque el mismo ciudadano, en otras circunstancias y escenario, como en países industrializados, respondería como lo haría la colectividad, es decir, respetando las normas”, señala el investigador.

Lo que se requiere es que la sociedad se convenza de que esta medida es positiva para la sociedad, como todas las leyes, y que en realidad no se realiza o concreta para fastidiar a los ciudadanos, sino para mejorar la convivencia entre ellos. Así, nosotros mismos deberíamos ser quienes nos encarguemos de hacer cumplir las reglas.

“Estas mismas disposiciones en otras latitudes las hacen cumplir los propios ciudadanos, quienes no están de acuerdo en estar expuestos al humo de tabaco. Por tanto, cuando alguien enciende un cigarrillo, los demás individuos le exigen al dueño del restaurante que lo retire, o bien, llaman a la autoridad para que aplique la ley”, señala el especialista del INER.

En realidad, agrega el experto, no se trata de una ley antifumadores, sino para mejorar la calidad de vida de las personas que convivimos en el colectivo denominado sociedad mexicana. Así como todos estamos de acuerdo en llevar nuestro coche a verificar porque reconocemos que esto es elemento central para mejorar la calidad del aire, deberíamos estar de acuerdo en respetar las disposiciones de los espacios de fumadores para que todos podamos respirar aire sin humo.

La ley antitabaco hará prevalecer el interés del bien público, no de las tabacaleras. Además, no se trata de una regla contra los derechos de los fumadores, sino de proteger tres prerrogativas de la ciudadanía en general: la salud, la de los niños a tener adecuado desarrollo, y de todos a respirar aire libre de humo.

Los argumentos de quienes se oponen a esta ley van desde violación a los derechos de los fumadores, pérdida de empleos, mayor polarización social, cierre de restaurantes y bares, así como incremento en la corrupción.

¿Cuál es la composición química del humo del tabaco?


En el aerosol formado por el humo del cigarrillo hay más de 3 mil compuestos químicos diferentes, de los cuales se han identificados más de un mil doscientos. Estos compuestos están agrupados tanto en la fase gaseosa como en la fase particulada. Por término medio se obtienen unos 200 mg de materia total al fumar un cigarrillo, de los cuales el 85% es de nitrógeno (N2), oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2); un 8% de materia húmeda particulada, sobre un alquitrán o brea, que es la sustancia aceitosa marrón-amarillenta que mancha los dientes y manos de los fumadores, así como la que impregna las ropas y cabellos de los fumadores activos(el que fuma) y fumadores pasivos(el que inhala el humo de los fumadores activos) produciendo el fuerte y desagradable olor conocido y padecido por todos. El 7% restante es monóxido de carbono CO(gas sumamente tóxico que compite con el oxígeno por la hemoglobina formando la carboxihemoglobina e impidiendo el transporte de oxígeno a nuestras células), hidrógeno(H2), argón(Ar), cianuro de hidrógeno HCN( gas venenoso) y oros gases.

¿Qué hay en el humo de un cigarrillo? El humo del cigarrillo contiene unas 4,000 sustancias químicas, varias de las cuales son muy tóxicas para el ser humano. Más de 40 de ellas han demostrado ser cancerígenas. Las más conocidas son:

* Nicotina: Es el principal alcaloide del tabaco. La nicotina está reconocida como una de las drogas adictivas más utilizadas. Es la sustancia que causa la adicción y la responsable de la aparición de diferentes signos y síntomas tras la supresión o reducción de su consumo. Estudios realizados por el Nacional Institute on Drug Abuse (NIDA) demuestran que la nicotina es de 6 a 8 veces más adictiva que el alcohol y puede generar una dependencia aún más fuerte que la heroína.
 

La nicotina se absorbe por la piel y por la mucosa de la boca y nariz o se inhala a través de los pulmones. Fumar cigarrillos es la forma de distribución más rápida de nicotina en el cuerpo. Se calcula que la nicotina tarda aproximadamente de 7 a 10 segundos en llegar al cerebro después de haber sido inhalada. Los efectos de la nicotina juegan un papel importantísimo en el mantenimiento del comportamiento de fumar; la dependencia al tabaco está mantenida primero por los efectos positivos estimulantes de la nicotina sobre las funciones cognitivas y segundo, porque al fumar se evitan los síntomas desagradables del síndrome de abstinencia que se presentan cuando se reduce o suprime el fumado.

Es verdad que los cigarrillos ligths o bajos en nicotina no son dañinos? Estudios realizados con diferentes cigarrillos demostraron que los contenidos de nicotina y alquitrán en general son altos. La diferencia de los ligths son el porcentaje de poros de ventilación que posee el cigarro; que permiten que el aire diluya el humo y disminuya el contenido de nicotina y alquitrán; sin embargo, los fumadores para compensar esto fuman más cantidad o aspiran más profundamente y ha generado cáncer de las pequeñas vías respiratorias, que antes no era frecuente.
 

Por ello, la nueva legislación mundial prohíbe el uso de términos "suaves", "ligths", "ultrasuaves", porque crean la falsa impresión de ser menos peligrosos, cuando está demostrado que lo son igualmente.

* Monóxido de Carbono: El monóxido de carbono es un gas venenoso, que se combina muy fácilmente con la hemoglobina de la sangre y resta la posibilidad de que el organismo transporte el oxígeno que necesita; recibiendo todos los tejidos del cuerpo menor cantidad del oxígeno que necesita para recuperarse, restaurarse, eliminar tóxicos, tener actividad física, entre otras. El CO eleva el colesterol favoreciendo junto con la nicotina la aparición de placas de grasa en las arterias.

* Alquitrán: Es otra de las sustancias más estudiadas contenidas en el humo del cigarrillo. Con el fumado se aspiran partículas de alquitrán, las cuales van recubriendo los pulmones. Alquitrán aplicado directamente sobre la piel de animales ha desarrollo distintos tipos de cánceres. Otras sustancias contenidas en el humo del cigarrillo son el amoníaco, arsénico, metano, cadmio, formaldehído, butano, hidruro de cianuro y otras sustancias responsables de favorecer la aparición de diferentes patologías.

FUMAR CONTRIBUYE AL CAMBIO CLIMÁTICO Y AUMENTA LA BASURA



El Nacional High Magnetic Field Laboratory ha demostrado que el humo de los cigarrillos contiene también gases de invernadero, al igual que contiene dióxido de carbono y metano. El humo de los cigarrillos, a nivel mundial, envía cerca de 2.6 mil millones de kilogramos de dióxido de carbono al aire por año. Produce también 5.2 mil millones de kilogramos de metano por año. El cultivo del tabaco, la curación y su fumado se agregan al efecto de invernadero y al calentamiento global.

"El consumo de tabaco contribuye directamente al aumento del efecto invernadero, con una producción mundial de CO2 de 225.000 toneladas de este gas, o sea, la misma cantidad que producen 12.000 coches que realizan 10.000 kilómetros cada uno", advierte la Fundación Tierra.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que sin lugar a discusión el cultivo de tabaco causa impactos en el medio ambiente. Cada año la industria tabacalera mundial produce unos 2 mil millones de kilos de desechos y 209 millones de kilos de residuos químicos.

Por otra parte, un estudio de la Universidad Estatal de La Florida, en Estados Unidos, señala que casi la mitad de la basura en las calles está formada por colillas de cigarrillos. El total de colillas de cigarrillos arrojadas en las calles del país equivale al peso de 30.800 elefantes grandes. Un elefante adulto pesa alrededor de 6 toneladas.

Posteriormente, las colillas de los cigarrillos son arrastradas por los ríos hasta el océano y los lagos. Los pájaros, los peces y otros animales pueden comerlas por error. Al no tener forma de digerir las colillas, los animales mueren. La colilla de un cigarrillo puede tardar 25 años en descomponerse. Por eso las hace peligrosas para la vida silvestre durante mucho tiempo.



Sin embargo el tabaco, aparte de ser muy perjudicial para la salud humana, también tiene un

componente de degradación ambiental que, habitualmente, la opinión pública no considera. Según la Fundación Tierra "en los países del Tercer Mundo, las plantaciones de tabaco se están convirtiendo en una de las principales causas de deforestación de las últimas selvas. Cada año se consumen 82,5 millones de metros cúbicos de maderas tropicales para la producción del tabaco".

La selva tropical se vuelve humo

El estadounidense Center for Integrating Research and Learnig sostiene que algunos países en vías de desarrollo importan alimentos debido a que la mejor tierra se utiliza en el cultivo del tabaco. Esta tierra podría usarse para cultivar alimentos que servirían para nutrir a cerca de 20 millones de personas en el

Tercer Mundo. La tierra más fértil es la que se usa para el tabaco, aunque algunos países tienen escasez de alimentos.  

En los países en vías de desarrollo, los dueños de las fincas de tabaco prefieren este cultivo porque las compañías tabacaleras, al igual que los gobiernos, los incitan a hacerlo. Los agricultores deforestan una gran parcela para sembrar tabaco. Después de dos cosechas la tierra se ha agotado y los mismos labradores talan otro trozo de selva para continuar con esta práctica.

Los estudios ambientales apuntan que el cultivo del tabaco daña la fertilidad del suelo. El tabaco gasta los nutrientes de la tierra más rápido que otro cultivo. Por esta razón los cultivadores de tabaco necesitan usar grandes cantidades de agroquímicos. Esta cantidad de fertilizante hace que el suelo pierda su riqueza orgánica. Por ejemplo, en África los finqueros tienen que esperar tres años para poder sembrar otros cultivos. Le toma ese tiempo a la tierra para ser fértil de nuevo.



Para cultivar el tabaco se necesita mucho fertilizante; la lluvia se lleva este producto químico a los lagos y las lagunas. El fertilizante tiene mucho alimento para las plantas, lo que hace que las algas en el agua crezcan más. Este proceso se le conoce como eutroficación. Este fenómeno puede ocasionar que las plantas en los lagos crezcan tanto que sofoquen al lago. Las plantas empiezan a morirse porque tienen menos oxígeno en el agua. Los peces y otros animales, que también necesitan del oxígeno del agua para vivir, terminan muriendo.  

La Fundación Tierra añade que el siguiente paso en la destrucción proviene de los tratamientos que hay que dar al tabaco para que tenga el aroma deseado por los productores. Para que las hojas verdes se vuelvan marrones y adquieran el aroma típico del tabaco, se han de fermentar a temperaturas de 70 grados centígrados. Si bien en los países desarrollados el tabaco se seca con quemadores de aceite o gas, en los países menos avanzados arrebatan la madera a la selva para incinerarlo.  

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) da a conocer que los países más afectados por estas prácticas son Paquistán, Tailandia, India, Brasil y Filipinas. El tiempo de fermentación y secado es de una semana y se calcula que con un árbol adulto sólo se obtiene la energía necesaria para la fermentación de 300 cigarrillos.



La cantidad de maderas tropicales empleadas para el tratamiento inicial del tabaco es superior a todas la exportaciones mundiales de madera de los países tropicales. Esto sin contar el papel que se gasta posteriormente en la elaboración de los cigarrillos, paquetes y cartones que los contienen.

De la misma manera, los pesticidas que se usan en el cultivo del tabaco son lavados por las lluvias, y se depositan en charcos donde los insectos ponen los huevos. Los pesticidas matan muchos insectos pero no a todos. Los insectos que sobreviven transmiten su habilidad de resistir el plaguicida, a través de los genes, a las futuras generaciones. El resultado es mosquitos resistentes a los pesticidas. En muchos de los países pobres donde se cultiva el tabaco, la malaria y otras enfermedades son transmitidas por los insectos.  

Fumar contribuye al Cambio climático y aumenta la basura El Nacional High Magnetic Field Laboratory ha demostrado que el humo de los cigarrillos contiene también gases de invernadero, al igual que contiene dióxido de carbono y metano. El humo de los cigarrillos, a nivel mundial, envía cerca de 2.6 mil millones de kilogramos de dióxido de carbono al aire por año. Produce también 5.2 mil millones de kilogramos de metano por año. El cultivo del tabaco, la curación y su fumado se agregan al efecto de invernadero y al calentamiento global.  

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que sin lugar a discusión el cultivo de tabaco causa impactos en el medio ambiente. Cada año la industria tabacalera mundial produce unos 2 mil millones de kilos de desechos y 209 millones de kilos de residuos químicos.  

Por otra parte, un estudio de la Universidad Estatal de La Florida, en Estados Unidos, señala que casi la mitad de la basura en las calles está formada por colillas de cigarrillos. El total de colillas de cigarrillos arrojadas en las calles del país equivale al peso de 30,800 elefantes grandes. Un elefante adulto pesa alrededor de 6 toneladas.  

Posteriormente, las colillas de los cigarrillos son arrastradas por los ríos hasta el océano y los lagos. Los pájaros, los peces y otros animales pueden comerlas por error. Al no tener forma de digerir las colillas, los animales mueren. La colilla de un cigarrillo puede tardar 25 años en descomponerse. Por eso las hace peligrosas para la vida silvestre durante mucho tiempo.