¿Sismo o ataque nuclear?



Ni el palacio ni  el gobierno de Haiti existen. ¿Cómo fue que sucedió esta catástrofe? Muchos países han sufrido enormes desatres naturales, terremotos, huracanes, maremotos, tsunamis, erupciones, incluyendo a México. ¿Pero Haití? Su pobreza indescriptible quedó al desnudo. Recurrí a Wikipedia para entender un poco más de la geografía del enorme sismo. ¡Fue como si sus enemigos hubieran dejado caer sobre Puerto Principe una bomba atómica!

"El terremoto ocurrió tierra adentro, el 12 de enero de 2010, aproximadamente a una distancia de 15 km al sudoeste de Puerto Príncipe y a una profundidad de 10 km, a las 16: 53 UTC-5.[7] Tuvo una magnitud de 7,0 en la escala de Richter y se sintió con una intensidad de grado IX en la escala sismológica de Mercalli en Puerto Príncipe.[8] También se registró en Cuba, Jamaica, Venezuela y en el país limítrofe de República Dominicana.[9] El Servicio Geológico de Estados Unidos había registrado al menos seis réplicas en las dos horas después del terremoto principal. Midieron aproximadamente 5,9,[10] 5,5,[11] 5,1,[12] 4,8[13] y 4,5.[14] Durante las primeras nueve horas se han registrado 26 réplicas mayores a 4,2 en diferentes puntos de la península de Tiburón, de los cuales doce son mayores a los 5,0.[15]
El terremoto se produjo en las cercanías del límite norte de la placa tectónica del Caribe, que se desplaza continua y lentamente hacia el este 20 mm por año en relación a la placa norteamericana y atraviesa justamente por el medio de la isla La Española. El sistema de falla de desgarre o transversal formada en la región parecido a la falla de San Andrés en California, Estados Unidos, tiene dos ramas en Haití, el fallo septentrional, en el norte, y la falla de Enriquillo en el sur. Los datos sísmicos sugieren que el terremoto fue sobre la falla de Enriquillo, que estuvo bajo presión durante 240 años, acumulando mucha energía potencial, la cual desató finalmente un gran terremoto liberando una energía equivalente a la explosión de 200 000 kilos de trinitrotolueno (dinamita)[16]
De acuerdo a un miembro del servicio geológico de Estados Unidos, basado en la magnitud y la ubicación del terremoto, alrededor de tres millones de personas se han visto afectados,[17] aunque datos exactos tardarán en llegar debido al alcance de los daños.
El Centro de Prevención de Tsunamis del Pacífico lanzó una alarma de tsunami después de ocurrido el terremoto para Haití, Cuba y República Dominicana, que fue cancelada poco después. No obstante, el gobierno de Cuba dio la orden de evacuar a todas las poblaciones costeras, especialmente del municipio oriental de Baracoa.[18]
El terremoto ha sido calificado como el mayor sismo registrado en Haití en doscientos años.[17] Una de las consecuencias del terremoto fue el colapso de todas las líneas telefónicas,[17] siendo fundamental el uso de Internet, mediante redes sociales como Twitter y Facebook, portales de vídeo como YouTube, e-mails y transmisiones vía web de radios y televisión. Las redes sociales en especial han sido ampliamente usadas para la obtención y difusión de información e imágenes del suceso.[19]
Haití es el país más pobre de América, caracterizado por tener cerca del 80% de su población por debajo de la línea de pobreza (el 54% viven en la pobreza extrema), una economía de subsistencia, es decir, viven prácticamente para alimentarse; las remesas recibidas de migrantes representan el 40 % de su PBI beneficiando a poco más de 900 mil familias.[20] Este país ocupa el puesto 149 de 182 países según el Índice de Desarrollo Humano, lo que genera preocupación sobre todo en la capacidad de hospitales y servicios básicos de salud y primeros auxilios para poder afrontar una catástrofe sísmica de esta envergadura". Fin de la cita de Wikipedia.

Sin embargo, la crudeza de las imagenes transmitidas por CNN, Milenio TV y Televisa (mis respetos para Víctor Hugo Michel y Carlos Loret de Mola por sus coberturas periodísticas) no dejan lugar a dudas. Se trata de una carnicería que diezmó a una población que está como atudida, que deambula por las  calles como sombras, sin origen ni destino. Se siguen las huellas unos a otros, no voltean ni a ver la muerte, solo la huelen y se tapan la nariz y la boca. Los cadaveres son carne esparcida y que estorba, la hacen a un lado, le dan la vuelta, se alejan de ella

Caminan sin rumbo fijo. Son como animales que han perdido su habitat y sólo buscan una señal para detenerse. Llegan a congregarse a plazas públicas y a esperar...¿el siguente sismo? ¿a que todo haya sido producto de una pesadilla? ¿a sus familiares muertos bajo los escombros? ¿a la cruz roja?¿a la ONU? ¿a quién pueden estar esperando esas gentes en medio de uno de los mayores desastres que recuerde la humanidad?

Sabemos por experiencia que hay un momento, minutos, horas, días, en los que la mente no alcanza a concebir la magnitud de los que nuestros ojos han visto. Esas imaginas, sonidos, olores no logran ser traducidos ni asimilados y entonces nuestro cerebro aturdido se congela, no alcanza a dimensionar la magnitud de los ocurrido y sus funciones analíticas y racionales se detienen. Se pasman, se colapsan. Eso está pasando con los hatianos de Puerto Príncipe y con la mayoría de los que han llegado en planes de rescate, de asistencia y ayuda. Tampoco pueden concebir lo que sus sentidos les dicen.

Se afirma que ante la magnitud de la tragedia el gobierno desapareció. No aparecen ni ellos ni ninguna autoridad digna de confianza que de a la población alguna explicación de lo ocurido. Ni siquiera se ven los líderes sociales ¿Fue un sismo o una ataque nuclear? En 1985 en México también desapareció el gobierno. Pero fue sustituido por la solidaridad de una impresionante y aguerrida sociedad civil que no tardó demasiado en organizarse. En Haití esa sociedad vaga sin rumbo.

La pobreza extrema en la que se encuentra sumida hace decadas, centenas de años, le impide tomar las riendas de su destino. Ya no hay ciudad, ni comunidad ni barrios. Los amigos se perdieron, los hijos también, los padres no saben si se volverán a encontrar. La músico calló. Ahora viene lo peor, el despertar, el racionalizar los hechos. El comprobar que la reconstrucción social va a requerir salir de la pasividad de la pobreza. La ayuda externa puede ser enorme. Pero sólo los hatianos, una vez que recuperen a todos sus muertos, deberán salir de su asombro y empezar a poner pieda sobre piedra.

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