Pies de Princesa
Una vez que fui a mi primera sesión de pedicure me condené. Se vuelve una adicción. Más que eso se convierte en un tratamiento terapéutico en toda la línea. Si ir al sicólogo es algo rutinario en una sociedad como la nuestra ¿por qué no a una sesión de pedicure?. El estrés, la vida tan rápida y agitada en nuestras principales ciudades, más en el Distrito Federal, no hace sino acrecentar la necesidad de relajación, cualquiera que sea el método, la escuela y tendencia del terapeuta, se dirija a la mente, al cuerpo, o en este caso, a los pies.
Mientras recibía mi terapia de pedicura y observaba a las señoras remojándose los pies, o poniéndose unas uñas largas como cuchillos y adornadas como diosa indú, pensaba en que este placer estético ha sido quizás por costumbre o miopismo y prejuicio nuestro, sólo para mujeres. Claro, para evitar las críticas de género y de preferencia sexual, también para algunos hombres. En mi caso a pesar de mi obstinado heterosexulismo, me declaro abierto fanático de los salones de belleza.
No sé porqué mientras me aplicaban una reflexología light o terapia de pies, mi subconsciente corrió desbocado hacia Federico Engels, y en especial hacia uno de sus muchos libros y textos que escribió solo o en mancuerna con su entrañable amigo Karl Marx. Este que me llegó a la memoria se llama “El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre”. Por si no lo leyeron en su tiempo, les paso este link: http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe3/mrxoe308.htm
Y aquí empieza la verdadera “pachecada”. Mientras más pensaba en mis pies, más pensaba en las manos. Si el esfuerzo físico e intelectual aplicado por el hombre para el sustento, la aprehensión y transformación de su entorno, desarrolló y especializó sus (nuestros) instrumentos de trabajo que son las manos, los dedos, el gran dedo pulgar y su vecino y compañero de labor el dedo índice. Las manos y los dedos sirvieron de modelo para el diseño a imagen y semejaza de todo tipo de herramientas y mecanismos que ayudaron al hombre en su proceso de desarrollo a lo largo de su historia. Para la creación de valor y también para la destrucción.
Esto independientemente del desarrollo del cerebro y los sentidos. Concluyo que a menos que el hombre genérico, por enfermedad, accidente o por incapacidad física, realice tareas con los pies, estos no son considerados como instrumentos de trabajo sino estrictamente de locomoción y soporte. Se trabaja sentado o de pie.
Los pies también son motivo de expresión artística. Pinturas, fotografías, videos se han producido sobre los pies. Como el video de unas hermosas extremidades campesinas, tarahumaras quizás, caminando sobre la blanca nieve, obscuros y requemados por el sol, correosos y encallecidos por la labor, con huaraches, piel sobre piel. Un video impecable, pero que deja fuera lo que es la realidad en bruto: la pobreza y la falta de oportunidades de casi la mitad de la población. Me refiero a la serie de videos artísticos que mandó hacer Emilio y sus productores estrella a propósito de lo hermoso que es México, sus bellezas ocultas, la “realidad del país”, de su país, que nos receta todos los días Televisa.
Los tesoros nunca vistos de México como los denominaron, sólo pueden ser captados por una lente que por norma prefiere abstraer el México cotidiano, al “México Profundo”, al “México Bronco”, al “México Corrupto”, de todos nosotros y de todos los días. Esos videos que debieron costar una fortuna, muestran otros paisajes, otros desiertos como finas sábanas de arena, otras cascadas parecidas a una que se llama Basaseáchic, con sus 246 metros de caída libre en el estado de Chihuahua, la mayor en México y considerada entre las más grandes del mundo. Pero insisto sólo se parece.
En las tomas sin duda hechas con tecnología avanzada, utilizando cámaras de altísima definición, helicópteros, producción y postproducción de primer mundo, hermosas modelos posando ante ese paisaje irreal como escenario, de otro mundo, en trajes típicos de sus verdaderos y originales habitantes. Una visión que podría haber sido parte de las imágenes de mundos tan lejano, en el tiempo y en el espacio y en la realidad como el de Pandora, luna del Planeta Polifemo, habitada por una raza azulada, en la película de James Cameron “Avatar”. Pero Televisa dice que esos pies endurecidos, que esa cascada, esos desiertos y paisajes impactantes si están en Chihuahua, en Tamaulipas, en Coahuila, en México.
No estoy recomendando Avatar ni soy crítico de cine. Sólo estoy divagando. Los pies de la raza na'v, nativos de Pandora, son muy especializados. Tanto como sus manos. A pesar de no tener las callosidades propias del trabajo de campo, y forjados a la intemperie, realizan tareas precisamente fuera de este mundo. La intensión de Televisa es mostrar un país que como Pandora que sólo existe en la cabeza de sus creadores, de Avatar y de Televisa, en personas como Emilio Azcarraga Jean y su ejército de asesores y productores.
Esa es la aportación del Canal de la Estrellas a la celebración de las fiestas del “Bicentenario”, el mismo Azcarraga lo afirmó. Mientras los organizadores oficiales debaten cómo festejar esos 200 años de la historia de México, Televisa ya se les adelantó mostrando un México irreconocible. Hasta inconcebible.
Pero el tema de los pies da para más. Sean morenos o azules. Como decía, más bien han sido el vehículo de locomoción tanto de los monos como de los seres humanos. Pero los de los monos poseen sobradas ventajas sobre los humanos. Los pies de los hombres se han ido modificando con el tiempo, porque esa “especialización” que le hemos dado desde siglos atrás los ha ido debilitando y deformando. Insisto, hasta los cuidamos para que se vean bonitos, sin chuecuras, ni callos, uñas recortadas, al final dedos sin una función específica. Es probable que la raza humana futura nazca sin un par de dedos de los pies que ya no son necesarios. No agarramos nada con ellos. Si acaso descalzos podemos sentir la humedad, el frío o el calor.
Pero esta terapia de pies me fue metiendo en pensamientos un poco más incoherentes. Los pies, las manos, el trabajo, el hombre, la naturaleza, los recursos no renovables. La economía. Así que los lectores que siguen este sitio pueden dar por terminado este Blog. No pasa nada.
Pero aquéllos que tienen paciencia y son tolerantes bienvenidos a la continuación. No es una lección, aclaro. Pensaba que Marx y Engels lograron retratar una etapa del desarrollo humano muy distinto al actual. A excepción de que centurias después se sigue explotando al hombre por el hombre y la acumulación de capital no tiene fin. El trabajo, decían ellos, es pilar del desarrollo, de la creación de valor, de la producción humana, de la especialización, del capitalismo y del socialismo.
Avizoraban que después de la consolidación del sistema capitalista y su siguiente etapa el imperialismo, daría paso a una sociedad comunista, no automáticamente desde luego, socialista al principio, con la consolidación de la clase obrera que ya estaría preparada para tomar el poder (no creo que por la vía electoral, sino por medio de una revolución), para dirigir esa transformación.
La economía y la política de la Gran Bretaña que sirvió de laboratorio a Marx y Engels, no derivó o no lo ha hecho aún, hacia el socialismo marxista. En algún momento con el “laborismo” como partido gobernante se lograron, sin embargo, algunos “beneficios” o avances para la clase trabajadora, pero nada cercano a ese socialismo dibujado por estos filósofos.
Los “socialistas” europeos, sus partidos que incluso han llegado a gobernar, desarrollaron teorías que llevaron a una suerte de “capitalismo menos agresivo”, pero capitalismo al fin. Con economías de mercado plenamente voraces. Los socialistas en general dejaron la lucha de clases y las armas para convivir y compartir una tajada del pastel con la gran burguesía y sus representantes en sus gobiernos, la llamada clase política. En México hasta han llegado a formar coaliciones, la derecha y la izquierda caminan juntos, para tratar de derrotar al partido opositor, que se sitúa según afirman ellos mismos, en el puro centro del espectro político. Es algo sobre lo que debería haber escrito Kafka.
El que se haya logrado establecer el socialismo en países y regiones con economías atrasadas, sin o con incipiente acumulación de capital, sin la madurez de la clase obrera, más bien economías sustentadas en el trabajo campesino, con terratenientes y hasta reyes gobernando, no fue lo que Marx y Engels esperaban como lo describieron en “El Manifiesto Comunista”.
Dar el salto a una economía de mercado, dividida en clases, monopólica, y hasta imperialista, desde un estamento campesino, de pequeños propietarios de la tierra y pequeños burgueses con poca educación todos ellos, no lo habían siquiera imaginado. Esto lo desarrollaron después sus seguidores, “revisionistas” les llamaron, aseguraron que habían inventado otra ruta para alcanzar el socialismo. La Rusia zarista era todo menos una potencia económica. La vía al socialismo se podía acortar sin pasar por el capitalismo plenamente maduro. Esa fue la visión de Lenin, y de Mao en China.
Pero me pregunto ¿qué estarían visualizando estos teóricos del socialismo si hubieran vivido en nuestra época? No es fácil adivinar. Ambas economías, la capitalista y la socialista se han desarrollado en base a la explotación intensiva no sólo del trabajo sino primordialmente de los recursos naturales no renovables. De la explotación hasta el hartazgo de recursos “producidos” durante millones de años por la naturaleza como parte de la conformación del globo terráqueo. La idea de un crecimiento sostenido es impensable en un mundo con limitados recursos: petróleo, tierras productivas, bosques, selvas, minas, agua, minerales.
El capitalismo ha resistido más de lo que Marx y Engel pensaron. El capitalismo no es un sistema permanentemente en crecimiento, tiene sus vaivenes, sus crisis recurrentes, porque se alimenta de la “savia” justamente de recursos escasos, no perennes, del trabajo asalariado y de la desigualdad humana. Los mercados son muy sensibles. ¿Qué haría sin un “ejército industrial de reserva?”. ¿Cómo funcionaría sin la desigualdad, sin la pobreza, sin las hambrunas permanentes o cíclicas?.
¿Cómo habría prosperado sin el trabajo esclavo, sin la piratería? ¿Cómo hemos logrado los humanos concebir un sistema cuya objetivo es la acumulación de la riqueza, el monopolio, la irracionalidad económica y la explotación del hombre por el hombre, de la mayoría por la más pequeña de las minorías y de paso llevarnos por delante al planeta?
Seguramente Marx hubiera concluido que el fin del capitalismo se daría en el momento en que ya no hubiera recursos naturales que explotar. Al crecimiento cero. Aunque quizás para ese momento la tecnología desarrollada por el ser humano hubiera ya alcanzado otros planetas y lunas en dónde seguir extrayendo recursos, como sucede en la película Avatar y otras películas de ciencia ficción.
Muchos se preguntaron si la última crisis global provocada por la crisis en el sistema financiero internacional era el fin del capitalismo. Sin la intermediación financiera y bancaria no habría sistema capitalista, simplemente. Por eso la urgencia y los ingentes recursos para salvarla. La sangre que lo alimenta corre a través de sus venas, que al ser obstruidas no funciona el organismo social, el capitalismo en su conjunto. Se seca. Parece que tampoco sobreviviría un socialismo como el de China o el de la ex URSS. Sin el sistema financiero, se detendría el mundo. Esta última se desbarató por un enorme desequilibrio de sus estructuras políticas y económicas. Llegó al punto límite de la sustentabilidad. La industrialización forzada para generar empleos, educación, salud, bienestar, tecnología, y también para rivalizar y competir con el enemigo de clase.
Se dio la acumulación originara del socialismo también en base a la explotación de los enormes recursos naturales y de su fuerza de trabajo. No había capitalistas, pero si una clase dirigente que se enquistó en el poder. Demasiado privilegiada, demasiado centralizada, igual que la economía. No fue difícil que esta clase dirigente fuera el germen de los capitalistas de nuevo cuño que hoy gobiernan a la Rusia actual. Una potencia calificada como nación en desarrollo pero con armamento nuclear y una avanzada tecnología militar y de destrucción… y espacial. Y mucho petróleo y gas natural.
De vivir en estos tiempos, Marx y Engels se enfocarían seguramente en la capacidad desarrollada de los imperios para rehacerse y para seguir transfiriendo permanentemente la riqueza hacia dentro de sus fronteras. Investigarían cómo funcionan los Estados y sus gobiernos con deudas, déficits fiscales, con divisas sin sustento real. Cómo una antigua colonia llegó a ser la locomotora del capitalismo. Cómo una sola nación puede autoproclamarse líder del “mundo libre” y ser el gendarme mundial. El mayor depredador de recursos y energía de todos los tiempos.
Mucho se ha escrito sobre la desigualdad, la pobreza, la explotación irracional de los recursos. La falta de libertades y la falta de respeto a los derechos humanos. Ni el capitalismo ni el socialismo, ni la social democracia, ni los partidos verdes o naranjas, han logrado un desarrollo humano menos ofensivo para la mayoría y para el medio ambiente. Terminar con la pobreza es irreal si por otro lado hay acumulación de riqueza y de privilegios.
Sólo con el objetivo del crecimiento económico puede salir adelante el capital, sin crecimiento, que no desarrollo, simplemente se acabaría. Se comería a si mismo. Acabarían engulléndose unos a otros. En un mundo contaminado, desolado, asolado por la negligencia de unos pocos. Las manos del hombre, la pieza de ingeniería mejor diseñada que existe hasta ahora, podría terminar enterrando todo lo creado, como en el peor de los sueños, regresar a la fase del mono, una involución un mundo al revés. Algo sin pies, ni cabeza, divagando mientras la suavidad regresa a los pies.
Te recuerdo que el dedo gordo del pié (hallux o primer artejo) es (al menos hasta el día de hoy) imprescindible para guardar el equilibrio si queremos permanecer erguidos y caminar. Sirva este pequeño (pero importante dato) como condicionante para tu teoría evolutiva podal.
ResponderEliminarMe parece alucinante el salto narrativo que das de pedicure a Sistemas político-sociales y recursos planetarios...no sabía que el apapacho podal tuviera esos profundos beneficios de reflexión. Aunque he de reconocer que nunca se me hubiera ocurrido asistir a tales sesiones hedónicas (sobra decir que para un macho pura sangre, eso son mariconadas), meditaré la posibilidad de probar la experiencia en algún momento de crisis existencial o cuando me entre el brío supermanesco, por poner solo dos claros ejemplos.
Razón tienes cuando dices que el Hombre como especie está jodido.
Sin rumbo sostenible y sin líder sano.
Cuando nos han guiado los religiosos estuvimos entre sombras y en permanente cámara lenta y ahora con políticos hiper cerebrados y cerebrales, no andamos mejor.
El Planeta Azul se nos queda chico porque el Hombre siempre busca ´desarrollarse´ hacia afuera, en lugar de hacerlo hacia adentro. Nos sale nuestra vena más ´animal´de consumismo perecedero y siempre insaciable e insatisfactorio, pero nos empeñamos en emplear nuestras vidas en la obtención de lo putrefacto, como nuestros cuerpos, pudríendose día a día hasta la muerte.
Pienso que el nuevo ´Modelo Social´ debe establecerse en el Equilibrio; una especie de ´pulso híbrido´ que corra por nuestra venas regando todo nuestro ser. Estos cambios vienen desde adentro, no desde el cerebro.
La cabecita es, así como los pies, una más de nuestras sofisticadas herramientas pero no el eje motor que nos salve de la destrucción.
Indagar nuestra verdadera esencia y anhelos es parte fundamental para la supervivencia.
¿Vivimos y luchamos realmente por lo que anhelamos o por lo que nos impone el sistema de consumo?
¿Es sana la Sociedad del Bienestar que nos quieren vender o un espejismo más?
De las piezas que tenemos en la cesta, creo que la que más se asemeja a un ´ideal´ sería el Anarquismo. Por cierto, de esto no has hablado....
Ilústranos en tu próxima Pachecada, ¿no?
Saludos cordiales.
P.D.: Muy bueno tu espacio.
Hola Pacheco, me gusta tu espacio y reflexión durante un acicalamiento de pies (algunos otros acostmbramos a leer en el baño)....
ResponderEliminarInteresante lo que dices de Avatar y Televisa, ambos desde mi punto de vista aborrecibles.
Confieso que no veo tele nacional, pero entre cambios de canal he alcanzado a ver los comerciales que comentas y acertadamente escribes de la lejanía real que exponen. La barra de programación hace chiras pelas con el "embellecedor" que intentan generar con motivo del Bicentenario, podría darme risa si la realidad de la república mexicana no fuera tan triste y pienso en algo que Woody Allen dijo alguna vez. " Aquí la basura no se tira, la convierten en televisión".
Saludos !
Tamiris